miércoles, 28 de septiembre de 2011

El autismo se cura?

Una pareja de Tenerife recupera a su hijo del autismo recurriendo a un dieta
especial.

Raquel no se creía que su hijo le estuviera llamando por su nombre un año
después de que éste hubiera olvidado el lenguaje sin una explicación aparente.
"No puedo describir con palabras lo que sentí. Puede imaginarse las lágrimas de
emoción que derramamos en casa… ¡Ya no me acordaba cómo era el timbre de su voz!


De pronto la vida nos devolvía su dulce vocecilla, que sonaba como una flautamágica". Doce meses antes, Andrés (el nombre es ficticio para proteger suintimidad) se embarcó en un viaje profundo hacia lo que los médicos llaman Trastorno Generalizado del Desarrollo (TGD), que hace referencia al autismo y
sus síndromes aparejados.


Andrés se convirtió en un niño extraño y malhumorado. Pasó a vivir en un
mundo propio, ajeno a sus padres y a los otros niños. Raquel y Santiago trataban
de llamarlo en vano, y no comprendían qué le había pasado a su hijo.


"Un día me di cuenta de lo más brutal de todo: el silencio", explica su madre. "Ese día te despiertas de verdad y te das cuenta que tu hijo ya no habla.
Olvidó el lenguaje que tenía, se lo tragó el mismo sumidero que lo está absorbiendo a él. Entonces corres a rebuscar en los cajones de la cómoda donde guardas todas las cintas de vídeo que le grabaste meses atrás. Y las pones y las revives sólo para convencerte a ti misma que no estás loca, que tu hijo hablaba, que reía a carcajadas y tenía lenguaje, y decía 'mamá', 'papá', 'agua' y 'ajó', como todos los demás bebés".

En su angustia, hubo cosas que Raquel no llegó a compartir sino hasta mucho después. Como una tarde soleada en la azotea de la casa. El suelo quemaba y no se podía andar descalzo. De pronto apareció Andrés caminando como si nada y se quedó quieto, sin moverse. Raquel corrió a cogerlo en brazos, los pies del niño estaban enrojecidos y ardían. Ella quedó tan impresionada con aquel episodio que ni siquiera se lo contó a su marido. Más tarde supo que la insensibilidad al calor, entre otras alteraciones neurosensoriales, es uno de los síntomas del TGD.

La búsqueda

La primera reacción fue buscar información por internet, donde contactan con padres en una situación parecida. Les aconsejan que consulten con un especialista en desarrollo infantil, y es la primera vez que oyen hablar de autismo y de terapias. A continuación se reúnen con la responsable de la guardería, quien les confirma el retraso motor y cognitivo del niño. Una
pedagoga amiga de la familia les recomienda que lo lleven al pediatra. Andrés ya tiene casi dos años.

La pareja comienza entonces un periplo que les lleva a visitar un pediatra, un otorrino, un neurólogo, un psicólogo, un psiquiatra, un logopeda y un psicomotricista. Este último es Miguel LLorca Linares, especialista en Psicomotricidad de la ULL, quien les confirma una alta probabilidad de que su hijo sufra un TGD, y les avisa que les llamarán para comenzar la terapia. Esto último era urgente, ya que el éxito o fracaso en estos casos depende en buena
medida de coger a los niños a tiempo, cuando su cerebro todavía tiene plasticidad y sus estructuras mentales están en formación.

La pareja no acepta que el autismo de su hijo no tenga curación, como les habían explicado, y continúan rastreando internet para localizar cualquier dato que les fuera útil. Encuentran a Karyn Seroussi, una madre estadounidense autora de un artículo titulado Nosotros curamos el autismo de nuestro hijo, donde explica una historia calcada a la de Andrés. Y añade un dato que resultaría clave: su hijo había desarrollado una "alergia cerebral" a los productos lácteos tras recibir la vacuna de la triple vírica, y eso le estaba provocando los síntomas propios del autismo. Y lo mejor de todo: una vez que Karyn descubrió la influencia de la alimentación en la conducta de su hijo, retiró la leche, el queso, las galletas y todo lo que formaba parte de su dieta diaria, con resultados asombrosos.

"No hay estudios científicos que avalen esas teorías". La prueba según este especialista es que en países pobres donde no se administran vacunas a los niños, los datos de autismo son similares al de países como España. "Lo que sucede, -apunta-, es que la edad de aparición del autismo, entre uno y tres años, coincide con el periodo de vacunación de los pequeños". Esta es la opinión generalizada entre los profesionales de la medicina. Lo explicado en el párrafo anterior resulta tremendamente polémico en el campo médico. La mayor parte de la medicina actual no reconoce la influencia de la dieta en los TGD, incluido el autismo. Pedro Javier Martín, Pediatra y Psiquiatra Infantil del Hospital de Niños Doctor Guigou, en Santa Cruz de Tenerife, lo explica así. "Llevo 15 años trabajando aquí, y cada dos o tres años sale este tema. Es como las dietas para bajar de peso, que se ponen de moda". Se refiere a las informaciones en prensa que se publican desde hace años acerca del autismo y su relación con la dieta y la toxicidad de las vacunas.


Raquel y Santiago argumentan que no son los padres quienes tienen que hacer
esos estudios. "La medicina oficial siempre habla de 'una enfermedad de la que
poco se sabe y que no tiene cura'. Por eso no han recuperado un solo niño.
Cuando se les ofrece un caso de recuperación, en lugar de mostrar interés, se
cierran en su ortodoxia y sólo argumentan que 'no está probado científicamente'.
El protocolo biomédico en cambio ya ha sido capaz de recuperar a cientos de
niños por todo el mundo", explica la pareja.

El protocolo DAN

El protocolo biomédico o DAN (Vencer al Autismo Ahora, en sus siglas en
inglés) es un movimiento médico nacido en EEUU hace varias décadas que entiende
el autismo como una enfermedad multifactorial de origen neuro-inmunológico. Los
especialistas que lo aplican consideran que la base del problema está en los
defectos metabólicos o fallos enzimáticos junto a un sistema inmunológico débil.
Según esto, los síntomas del autismo serían consecuencia de la intoxicación con
metales pesados y otras sustancias debido a problemas en el metabolismo y de
asimilación de nutrientes en el intestino. Por eso aseguran que cuanto antes se
inicie la intervención dietética y la detoxificación, más probabilidades de
éxito.

"Si hubiéramos empezado la dieta con seis o siete años, seguramente Andrés no
habría mejorado tanto", reconoce su padre. "Además, esto funciona en los casos
de autismo metabólico o regresivo, y no tanto cuando hay un síndrome de
nacimiento marcadamente genético", comenta la madre. "Pero aún así lo probaría
siempre, porque es raro el niño que no mejora con un protocolo biológico", añade
ella.

La pareja dedicó muchas horas a estudiar este enfoque, principalmente a través del Autism Research Institute de EEUU, mientras compartían sus experiencias con otras familias con casos similares en distintos lugares del planeta. Ahí ya lo tuvieron claro, y retiraron de la dieta del niño cualquier alimento que contuviera las proteínas gluten o caseína, porque suponían que estaban dañando al niño. El trigo fue sustituido por maíz; la leche de vaca por leche de almendras o arroz; el supermercado por los herbolarios.

El gran cambio

A las dos semanas de iniciar la dieta, Andrés rompió su silencio y comenzó a
imitar el sonido de los animales. A las tres semanas pronunciaba palabras como
"má" (mamá) y "pá" (papá). A los dos meses, ya manejaba algunas palabras más.
"Era capaz de pedirme agua cuando tenía sed: 'Má, agua'. O capaz de devolverme
el plato vacío cuando terminaba de comer, añadiendo: 'Má, ya-tá'". A los cuatro
meses seguía ampliando su vocabulario, además de reconocer los colores, contar
del uno al diez o tararear canciones de memoria.

En la terapia de la universidad les preguntaban a Raquel y Santiago por esa
evolución tan favorable, y aseguraban que parecía otro niño distinto. También
cambiaron los comportamientos de su hijo. Las rabietas iban desapareciendo, así
como sus conductas inflexibles y repetitivas. Andrés estaba volviendo de su
viaje a ninguna parte.

Después de ese cambio y de algunos encontronazos con profesionales de la
salud al tratar de explicarles este método, la pareja perdió la confianza en
ellos y empezó a confiar en la biomedicina, un área de conocimiento que se
centra en los aspectos biológicos de la medicina, como los procesos moleculares
y celulares.

Le realizaron al niño pruebas analíticas relacionadas con el metabolismo del
autismo, la mayoría en laboratorios extranjeros. Así descubrieron una presencia
de hongos y levaduras (cuadro de candidiasis crónica) en su intestino, que no le
permitían metabolizar los alimentos de forma correcta. Al mismo tiempo se
constató un nivel alto de mercurio, aluminio y otros metales pesados en su
cerebro.

Entre pruebas, suplementos, alimentación y demás prescripciones del
tratamiento, calculan haber desembolsado hasta la fecha más de 3.000 euros, lo
que definen como "un sacrificio económico inmenso por la total falta de
reconocimiento de este tratamiento por el sistema nacional de salud en
España".

También se han puesto en manos de la doctora Rosella Mazzuka, especialista en
protocolos biomédicos. "Desde la concepción del embrión, el niño es bombardeado
por sustancias neurotóxicas como el timerosal y el hidróxido de aluminio
contenido en las vacunas y otras fuentes", comenta. Muchos de los niños con
síntomas autistas "tienen un déficit de la metilación hepática, o sea, no
detoxifican bien, y eso hace que se intoxiquen. Presentan además intolerancia y
alergia al gluten y la caseína, con síndrome de mala absorción (intestinal) que
produce grandes déficits nutricionales, y eso altera la neurotransmisión. Al
corregir la alimentación, tratando el intestino y detoxificando al niño, el
autismo es tratable y recuperable", asegura.

Andrés, hoy

Con tres años y medio, y uno después de que volviera a hablar y a comportarse
como un niño normal, Andrés ha empezado el colegio sin problemas. "Dentro de
poco, el ligero retraso en el lenguaje que presenta, debido al frenazo que tuvo
durante más de un año, será una anécdota. Se está poniendo al día de forma
acelerada. Nadie que lo vea hoy en día sospecharía que tuvo un Trastorno del
Espectro Autista ", aseguran sus padres.

Sobre la dieta de su hijo, no confían en que sea aceptada a corto plazo por
la medicina actual, en vista de sus experiencias. "Va a costar unos buenos años
que se conozca aquí, la pena son los niños que se pierden por el camino",
comenta Raquel. "Tengo fe en que esto se llegue a ver algún día, cuando la
biomedicina y la biogenética entren en la universidad".

Lo que ahora exigen muchas familias con experiencias similares es un
protocolo de prevención en el calendario de vacunas. "No puede ser que en 15
meses de vida les metan 20 virus en el cuerpo y que no se tomen precauciones con
los niños inmunodeprimidos o con problemas metabólicos a los que pueden afectar
ciertas sustancias y excipientes", comenta Santiago. "Se está vacunando a
destajo, con multidosis muy agresivas, sin ningún criterio preventivo sobre los
niños que pueden ser hipersensibles", señala.

En España ya se están llevando a cabo las primeras acciones judiciales por
esta cuestión. En la sección 4ª de la Audiencia Nacional hay un juicio abierto
por una demanda de 70 familias con hijos autistas contra laboratorios
fabricantes de vacunas con timerosal y contra el Ministerio de Sanidad,
respaldados por la Asociación para Vencer el Autismo y el T.G.D. (AVA). En Chile
hay un proyecto en marcha para eliminar el timerosal de todas las vacunas, que
ya ha sido aprobado por una de las dos cámaras legislativas.

"Me escriben padres de España, de Miami, de todos lados", explica Raquel, que
en su momento escribió un blog narrando su experiencia. "Pasé horas delante del
ordenador leyendo como una loca. Ahora ya estoy un poco más desconectada, porqueno puedo ayudar a todo el mundo. Pero ¿cómo me voy a callar?"

Fuente: LAS PALMAS DE GRAN CANARIA. - CANARIASINVESTIGA.ORG


viernes, 9 de septiembre de 2011

Nacidos para aprender

Comparto este hermoso video que nos hace reflexionar y darle la importancia que se merece a los niños y su derecho a la educación, aquella que los haga más humanos felices. Los invito a pensar conmigo, dejen sus comentarios , es bueno nutrirnos entre todos!

jueves, 8 de septiembre de 2011

Si queremos cambiar el mundo hay que criar bien al niño desde la más tierna infancia

La Lic. Laura Gutman fue entrevistada en Rosario en vísperas del día del niño y expresó ideas sobre la crianza como que en la actualidad “Chorrean regalos, pero no aplacamos la soledad de los niños”.

Habló sobre el colecho y las acciones que llevan a criar a los niños como guerreros.

Los invitamos a compartir la nota:

El bebé llegó a los tres meses de vida y según aconsejó un pediatra, dos abuelas y tres parejas amigas ya es la hora de llevarlo a su habitación. El traspaso parecía sencillo, casi un trámite, pero en realidad no lo es. El niño llora en su cuna, la madre llora del otro lado de la puerta del cuarto y el padre, cansado de un largo día de trabajo, trata de mediar entre un llanto y otro sin saber qué hacer. “Lo metieron en la cama grande y les tomó el tiempo”, “lo malcriaron”, “hay que dejarlo llorar y en unos minutos se les pasa”, dicen algunas voces cercanas que no hacen más que reproducir los modelos más añejos de crianza. Para la psicoterapeuta familiar, Laura Gutman el desafío es ejercer una maternidad sin manuales. Esta especie de gurú del siglo XXI en temas de familia y maternidad es argentina y estudió en Francia. Ya cuenta con media docena de publicaciones revolucionarias en la materia y como si fuera poco sostiene que crió a sus últimos vástagos con el modelo que propone. Este sábado 20 de agosto estará en el hotel Ariston de Rosario para contarlo. En contacto con Rosario3.com adelantó algunos puntos de la agenda que traerá para trabajar una forma diferente de acercamiento hacia los hijos donde la familia clásica ya no alcanza.

–Usted plantea que la mujer debe dedicarse por lo menos los dos primeros años a estar junto a su hijo. La postura es bastante revolucionaria pero ¿es posible?
–No, no es ése mi planteo. Yo hablo de la capacidad emocional de un individuo adulto (en este caso la madre) para poder estar en contacto con su propio ser interior para luego poder responder a las demandas emocionales del niño pequeño. Si no puede, es porque ese contacto duele mucho y remite a historias sufrientes del pasado. Si es posible o si no es posible, depende del conocimiento que esa madre tiene sobre su propia historia y de la impronta que aún vibra en ella.



–Sucede a menudo que la mujer queda atrapada en una serie de ideas acerca de: parto natural mejor que cesárea, estar cerca del bebé al menos dos años, no volver al trabajo tempranamente, dar la teta y no la mamadera, usar fular en vez de coche ¿Eso no suma más culpa a las ya habituales?¿Cuál es el límite entre lo posible y lo ideal a la hora de transitar la maternidad?
–En primer lugar, no se trata de inculcar nada a la mujer. Al contrario. Lo que podemos hacer es no perturbar. No perturbar el parto, no perturbar el primer contacto madre bebe, no perturbar la lactancia, no perturbar con indicaciones, ni consejos, ni palabras ni presencias indeseadas. Si una mujer vive más conscientemente sus propios procesos, encontrará la manera genuina, honesta y transparente de vincularse consigo misma y con el niño. No es una cuestión de ideales. Es un tema de encontrarse con la propia verdad interior y vivir en consecuencia.



–¿Qué hay de las ideas arraigadas desde hace tanto tiempo como que los chicos deben acostumbrarse a dormir solos o a no estar tanto tiempo a upa?
–Los adultos somos más fuertes que los niños, por lo tanto, si queremos someterlos y lograr que ellos respondan a nuestros deseos en lugar de satisfacerlos amorosamente, lo podemos hacer. Es fácil. Con dejarlos llorar noches enteras solos es suficiente. Los niños comprenderán que el mundo es un lugar hostil, y que tienen que aprender a defenderse. Y eso es lo que harán. Estamos criando guerreros.


–Hay cierta idea imperante de que los chicos están más tiranos, caprichosos y terribles que nunca…
–Porque están cada vez más solos. El niño está escolarizado todo el día porque es el lugar al que van mientras los padres trabajan y todos suponemos que el niño tiene que aprender algo y no recibir cuidados amorosos. Por lo tanto, los niños de hoy están mucho más solos que los de tres generaciones anteriores. No digo que las madres de antes eran mejores madres que nosotras ni mucho menos. Pero sí que antes criar a los hijos tenía valor social y existía la familia extendida: la abuela, el tío, el vecino y la calle (que hemos perdido como lugar de intercambio social). Por lo tanto, ahora el niño está solo y aislado. El gran drama es que los niños están solos y las mamás y los papás estamos demasiado solos para criar a los niños. Y una mamá y un papá son demasiado pocos para responder a las necesidades de un niño. Por lo tanto, es lógico que pidan más. Lo que no es lógico es que su pedido lo entendamos como capricho en vez de entender que la realidad de ellos, y la nuestra, es dramática.


–¿Para cambiar al mundo hay que criar bien desde la cuna?
–Sí. Es así. El desamparo de los niños pequeños no se hace visible de forma inmediata, sino que aparece unos años después, en la adolescencia. Y para criar bien a un bebé sin que se den frustraciones hay que entender profundamente los aspectos oscuros de la maternidad, que son exactamente lo opuesto a lo que nos cuentan las revistas. Pero sí, si queremos cambiar el mundo hay que criar bien al niño desde la más tierna infancia.


–¿Qué consecuencias trae en breve o largo plazo esa falta de conexión entra la madre y el hijo que usted plantea en por lo menos un tiempo de dos años?
–¿Consecuencias? Las que leemos en todas las páginas de los diarios todos los días. Desarraigo. Violencia. Necesidades no satisfechas. Desesperación. Desamor. Y todos los etcéteras.


–En vísperas del día del niño ¿Cuál es el mensaje para los padres?
–Ese tema no me interesa para nada. Sobran regalos por todos lados. Chorrean regalos. Sin embargo no estamos aplacando la soledad de los niños.


Por: Virginia Giacosa de Rosario3.com






miércoles, 7 de septiembre de 2011

Masajes Shantala


Una vieja técnica que viene de la India, excelente por los beneficios que trae al bebé y a su madre. Logra una conexión especial entre ellos, favorece el sueño tranquilo, alivia tensiones, ayuda al bebé a la toma de conciencia de su cuerpo( hasta donde llega en el espacio), alivia los cólicos, fortalece la columna y los miembros superiores e inferiores, y sobre todo el bebé siente el amor porque los masajes son caricias, es un momento de mucho disfrute para ambos. Se ha comprobado que estos niños al crecer son adultos tranquilos, con mucha autoestima y con gran capacidad para afrontar las dificultades con paciencia y claridad en sus objetivos. Todo esto hace que sea muy recomendable practicarlo con tu hijo y difundir a cuanta mamá conozcas.

viernes, 2 de septiembre de 2011

El juego entre padres e hijos


El juego es demasiado importante en la vida de las personas, aunque sobretodo de los niños y las niñas como para considerarlo como algo secundario, A través del juego descubrimos nuestro yo como bien apunta la ponente pero no solo eso, sino que descubrimos nuestro entorno, aprendemos a relacionarnos, forjamos nuestra autoestima, nuestra personalidad, nuestra propia identidad,... en definitiva, aprendemos a ser y a comportarnos de la mejor manera posible, divirtiéndonos y asociando aquello que aprendemos a estímulos positivos que nos invitan a repetir y a perpetuar aquello que hemos aprendido e interiorizado. Aparte de ello resalto la parte de la ponencia en la que se recomienda a los padres jugar con los hijos teniendo en cuenta los numerosos beneficios que ello conlleva, no solo para el niño sino también para los adultos que apenas tenemos tiempo en nuestra vida de prisas y adelantos, 30 min de felicidad al día no es nada y sin embargo lo significan todo. Para tener en cuenta estos conceptos... a partir de hoy, a jugar.!!!